El sábado 9 de noviembre se ha celebrado, en el colegio La Salle Bonanova de Barcelona y en el marco de la VII Jornada Interdiocesana de Apostolado Seglar de Cataluña, la conclusión del proceso de preparación del Congreso de Laicos por parte de las diez diócesis catalanas.
Han sido numerosos los grupos que han estado trabajando el cuestionario previo al Congreso y que han mandado sus aportaciones en las semanas precedentes. Se han celebrado también varios encuentros diocesanos.
Sin menoscabo del respeto a la identidad de cada diócesis, “que constituye una Iglesia particular en la cual está y obra la Iglesia de Cristo” (Christus Dominus 11), hace 24 años el Concilio Provincial Tarraconense instó a “mantener, asegurar y fortalecer la unidad pastoral de las iglesias que tienen su sede en Cataluña” (resolución 138). Por este motivo la CIAS (Comisión Interdiocesana de Apostolado Seglar), formada por los delegados de cada diócesis y presidida por Mons. Xavier Novell, obispo de Solsona, vio claro que era muy conveniente que el proceso de preparación del Congreso culminara en un encuentro catalán, tanto más cuanto ya existe una tradición de trabajo conjunto y de realización de una jornada anual.
La convocatoria, dirigida a todo el laicado, asociado y no asociado, a los grupos diocesanos constituidos para trabajar el cuestionario del Congreso y a cualquier grupo existente en los ámbitos de juventud, familia, catequesis, profesorado de religión, Cáritas, hermandades y cofradías, movimientos, asociaciones… ha tenido muy buena acogida.
Tras el saludo y la oración inicial, Mons. Joan Planellas, arzobispo de Tarragona y primado, ha dictado una ponencia titulada “El laico cristiano en la Iglesia y en el mundo”. Empezó pidiendo al Espíritu que rejuvenezca a la Iglesia por medio de una conversión misionera. La actividad misionera es un deber de todos los miembros de la Iglesia, y el Concilio Vaticano II subrayó que el carácter secular es propio y peculiar de los laicos, de donde se deduce el papel primordial de éstos en la evangelización de la sociedad. Advirtió del peligro que corremos, ante la disminución del número de presbíteros, de reducir el apostolado de los laicos al ámbito de los ministerios intraeclesiales, y subrayó la necesidad de recuperar una Iglesia más corresponsable y sinodal. Finalmente dibujó el perfil genuino del laico cristiano según el Vaticano II y el proyecto del papa Francisco: un seguidor de Cristo al servicio del Reino de Dios, miembro activo y responsable del Pueblo de Dios, enviado al mundo, fundado en la Palabra de Dios y en la Eucaristía, viviendo la radicalidad evangélica y en actitud de formación constante.
A continuación tuvo lugar el trabajo de sala, que se desarrolló muy ágilmente gracias a una aplicación telemática que ha permitido que cada miembro presente en la sala pudiera enviar sus aportaciones desde su teléfono móvil y que todas se recogieran y procesaran en tiempo real y se mostraran en la pantalla. Esto nos permite saber que hubo hasta 144 teléfonos conectados durante la sesión, procedentes la mayoría de la archidiócesis de Barcelona, como era de esperar, superando ligeramente el sexo femenino al masculino y con una mayoría relativa de cincuentones. El número total de aportaciones durante la sesión supera el millar.
La agilidad del método dio tiempo al diálogo abierto entre los miembros de la sala, permitiendo que los debates y argumentaciones fueran también recogidos por parte de los secretarios.
La eucaristía, presidida por Mons. Sergi Gordo, obispo auxiliar de Barcelona, puso el broche final a la jornada. En su homilía recordó una intervención en el Sínodo de obispos sobre los jóvenes, cuando uno de los jóvenes auditores, proveniente de las islas Samoa, dijo que la Iglesia es una canoa, en la cual los viejos ayudan a mantener la dirección interpretando la posición de las estrellas, y los jóvenes reman con fuerza imaginando lo que les espera más allá. No nos dejemos llevar ni por los jóvenes que piensan que los adultos son un pasado que ya no cuenta, que ya caducó, ni por los adultos que creen saber siempre cómo deben comportarse los jóvenes. Mejor subámonos todos a la misma canoa y entre todos busquemos un mundo mejor, bajo el impulso siempre nuevo del Espíritu Santo.
2019-11-09 Pre-Congrés Laïcat 2020 Questionari del juzgar- Elegir caminos de resurrección